¿Coser o grapar?

Esas son las dos opciones a las que nos enfrentamos quienes decidimos hacer un zine. Pero ocurre al final, cuando ya hemos tomado partido acerca de (yendo hacia atrás) tamaño, técnica, contenido. Todas las decisiones van mutando durante el proceso, y dependen las unas de las otras,y también de lo que tengas que decir.

La decisión más importante es, sin embargo, por qué hacerlo, por qué “autoeditarse”. La respuesta, que depende de lo que digo al final del párrafo anterior, es que seguimos teniendo algo que decir. Y también que nos gustan demasiado la tijerita y la plasticola y ansiamos el momento de sepultarnos entre una montaña de recortes. Por algo seguimos acumulando papeles inútiles.

Así, encabalgando deseos y procesos, llegamos a nuestros fanzines, nuestras plaquettes. Ya les he contado el viaje fantástico que resultó ser Síntomami primera autoedición, aquella plaquette/zine de poesía que rodó muy rápido y que desembocó en una propuesta de Contraescritura para publicar Saliva, mi primer poemario.

Este año tuve la suerte de llevar los poemas de Saliva a muchos públicos diferentes, y en alguna curva del camino fueron apareciendo nuevos poemas y nuevos sonidos para acompañarlos. Mucho de ese trabajo fundó lo que hoy es el Macky O Spoken System, y verá la luz en un artefacto nuevo (y digo “artefacto” porque no será un libro al uso, sino un bicho híbrido). Pero ese es otro proceso/resultado encabalgado con una propuesta encantadora, y sobre eso les contaré en breve.

Mientras trabajamos en la postproducción y esperamos que se materialice, vuelvo a Champawat porque es desde aquí que hacemos los lanzamientos.

Con ustedes, Joystick/Painstick.

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Es uno, y son dos. Es un zine bifronte, de técnica muy mixta. Es prosa poética, y es collage, fotografía, acuarela. Es un zine para leer, mirar y tocar. Tiene 14 páginas y relieves. Huele muy rico, a mucha tinta negra y a cola.

Todas las portadas de Joystick son distintas, porque todas tienen un detalle de acuarela y tinta original. En el interior hay dos más. Las portadas y el interior de Painstick son todas iguales. Joystick tiene color, acuarela subtropical. Painstick viene en puritito blanco y negro.

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Los presento la semana que viene, el 4 y 5 de enero en el glorioso festival de autoedición sonográfica Tenderete (junto a Síntoma y Karate Press, y también actuaré con el Spoken System el jueves 5). Pero ya pueden ir reservando su copia. Al mail de siempre, o por los inframundos facebookianos y twitteriles.

Todavía no sé si coser o grapar. Gracias por acompañarme en todas las carreteras con niebla. Feliz nuevo comienzo a todos.

 

 

Primavera uno cero uno


Todavía es primavera de este lado del mar. Alguien se sienta a los controles y comienza el deshielo. Un buen momento para salir de la hibernación, bueno como otro cualquiera. 
A veces las momias optan por rascarse el picor debajo de la venda.
Extrañábamos el olor del papel y la tinta, extrañábamos la tijerita y la plasticola, el colocarse con el propio anhídrido carbónico, el aire moviéndose delante de los labios.
Volvemos, despacito, a la silla y a los sutiles engranajes que nos meten en algún casillero de la personalidad múltiple. Volvemos con cosas para contar.
Pronto, más noticias. Por ahora, una imagen de ayer a la tarde, del making of de lo que se viene. Parte de lo que se viene.

macky beringola