No toques nada, nadador

 

John Cheever se reiría de mí. O quizás ni perdería tiempo en ello. Cheever usa la palabra “estúpido” para referirse a aquellos escritores (sin dominio de su oficio) que claman que sus personajes tienen vida propia, y a aquellas invenciones que supuestamente huyen de sus autores y labran sus propios argumentos. Deleznable, diría, también.
Si llega a leer lo que escribí el otro día aquí en Champawat, eso de preguntarse si, de tanto escribir ficción, una acaba siendo un personaje de sí misma, seguro que me echaría a patadas de su cocktail party. Y yo tendría que huir, esta vez como un personaje prestado, nadando de piscina fría en piscina fría hasta alcanzar la carretera.
Yo les cuento todo esto porque todavía no había colgado aquí la entrevista que me hizo mi querido Hugo Clemente, autor del magnífico Cuaderno de Agua,
para su blog.
La anécdota gratuita y olvidable: contesté toda la entrevista de un tirón y me quedé leyéndola estupefacta como si la hubiera escrito otra persona (perdón, John). Decidí que esa no era yo. Y esperé dos meses, sin tocar nada, a que la vida se ajustara al habla de esa que contestó las preguntas. Quizás en ese gesto (el de ser insólitamente paciente, en el de confiar sin revisarse demasiado), quizás allí sí me acerque a lo que a veces hacen los escritores, y las personas, cuando saben. Cuando se saben. Qué poco sé ahora, de todas maneras.
Ligeramente esquizoides, todos nosotros, sí. Por algo paseamos por Champawat como si fuera un parque de diversiones. La tigresa ya se comió a 286 infelices, y el próximo puede ser uno de los nuestros. Uno de esos miles que llevamos dentro. Seguiríamos caminando, seguramente, pero tal vez ligeramente rengos de alguna de esas voces que cada tanto se nos trepan al hombro, como loritos, para gritarnos barbaridades en la oreja.
En ocasiones veo voces. Algunas hablaron con Hugo para No Toques Nada. La entrevista, aquí.

 

swimmer

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *