D.

 

 

volveme laurel
para que no duelan las flechas de plomo             del desprecio
que me niego a sentir
volveme árbol perfumado
que brote de las muñecas algo más que sangre triste
jarabe pulsátil de temblores
volveme rama verde
mirame mientras canto
la canción de los árboles mareados
transplantados de pronto a un jardín nuevo
las raíces cortadas
por la gracia de un dios menor          ciego de sexo
muertito de miedo
volveme laurel
pedile
a la tierra
que me duerma
los pies
que se estén quietos
que descansen por fin en la negrura
que se crean que ahora sí
que ya han llegado
volveme laurel              y que esta historia sirva
al menos
para que venga una nena          a arrancarme
un mediodía cualquiera
dos hojas fragantes para el tuco.

 

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