Canción para mi menopausia, II

 

 

(segunda parte)

cuando vengas
tendré que archivar para siempre mi reclamo
a aquel
que me llama en semanas
alternas
por haberse perdido mi ovulación
y su alarde primaveral
su manía
de ponerme las tetas
como faros traicioneros
que encandilan a navegantes
tetas leudantes que buscan manos panaderas
que me enmantequen
y me enharinen

 

beth hoeckl

Collage por Beth Hoeckel.

 

Vulcanología 101

 

 

Quiero decirlo, sacarme los tacones y decirlo.
Ojalá pudieran ver este montón de peces que quedó en la orilla después de la marea. Cada uno de los peces se ha tragado un dolor como un anzuelo. Cada pez, sin ser pescado, se quedó en la orilla para que yo me haga un vestido plateado, después de haber estado caminando sobre estos pies doloridos, como la cola partida de una ex-sirena cualquiera.
Animalitos unicelulares, duele siempre salir de la charca.
Los primeros pasos desgarran las plantas de los pies nuevos de las sirenas. Los primeros zapatos del verano aprietan los pies con ternura de grillete.
Huele a verano ahora, de repente. Siempre tendré el hemisferio cambiado.
Me gustaría decirlo, tragarme un litro de gasoil y un fósforo, vomitar fuego y encender las cortinas de todas las casas. Que mi debilidad, great ball of fire, enhebre una constelación de ventanas llameantes que pueda ser vista desde el espacio exterior.
Que alguien en un asteroide ahí afuera diga
-Son fuegos que encienden otros cazadores, por la noche.
Que otro, a su lado, le conteste
-Son fuegos que se les escapan a los dragones cuando han permanecido en silencio mucho tiempo.
Quiero decirlo, quitarme los pantalones negros y decirlo.
Prender fuego a la casa. Soy mi propio muro. Soy mi propia viga.
Me gustaría decirlo, quitarme la lencería de liquidación y decirlo.
Después de la marea y el show de tragafuegos lanzallamas, me gustaría que mi fuerza, great ball of fire, fundiera el espejo y mi imagen en él, como hacen los volcanes, que funden la roca para hacer música y nubes de azufre.
Animalitos pintados al óleo, duele siempre desdibujarse.
Los días de luz cegadora te diluyen los rasgos con eficacia de trementina. Nadie sabe bien si es mejor trazar los nuevos gestos con lápiz o tinta. Y no hay que perder de vista que hay gestos por trazar.
Está todo por hacer. Me gustaría decirlo. ¿Lo estoy diciendo, acaso?
Pero me voy a morder la lengua (podría necesitar ayuda). Me voy a agarrar los dedos con la puerta antes de escribir una palabra de más.
Animalitos manuscritos, es siempre una fiesta decirse.
Me gustaría decirlo. En cambio doblaré la ropa limpia, y ordenaré los libros, y tostaré pan y subiré escaleras.
Y esperaré. Como el vientre de la tierra, como los cráteres de los volcanes y su baile de fuego y rocas.
Porque conozco la manera correcta de temblar.

volcano